Aclarando dudas sobre las vacunas
Ya hace más de un año que comenzó una pandemia mundial sin precedentes que, a día de hoy, ha causado la muerte de casi 3 millones de personas en el mundo y más de 76 mil en España. Y las cifras siguen aumentando. No obstante, desde finales de 2020 se están administrando vacunas contra este virus, lo cual está ayudando a frenar las muertes ocasionadas por la COVID-19, así lo reflejan los datos, especialmente en entornos de población vacunada (ej. residencias de personas mayores).
En un contexto sanitario sin precedentes, los medios de comunicación nos invaden con noticias alrededor de la aprobación y el uso de las vacunas. En la historia de la vacunación jamás habíamos oído hablar con tanto detalle del tipo de vacunas, sus efectos secundarios, etc.
En las últimas semanas, y tras la vacunación en masa de millones de personas en todo el mundo, la prensa hizo eco de los casos de trombosis en personas a las que habían vacunado con la vacuna de AstraZeneca. Ante la observación de efectos secundarios que previamente no habían sido descritos en el contexto del ensayo clínico, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) actuó como habitualmente actúa en situaciones como esta. La evidencia científica es quien marca el guion por lo que basándose en el principio de precaución decidió frenar la vacunación y analizar toda la evidencia disponible. La administración de la vacuna se ha reanudado, pero muchos han perdido su confianza en la vacuna y otros muchos han generado miedos y dudas alrededor de la misma. Este es un claro ejemplo del efecto de la comunicación en el ámbito de la salud, tan malo es no informar como informar en exceso y sin garantizar la comprensión por parte de los pacientes sobre el tema que se está tratando.
En FEASAN hemos observado un aumento significativo de consultas por parte de personas anticoaguladas, personas con alteraciones de la coagulación, personas con enfermedades cardíacas, etc., alrededor de la vacunación.
Como en otras ocasiones ante cuestiones como las que se plantean, el posicionamiento de FEASAN se ciñe al posicionamiento de las sociedades científicas y expertos en la materia. En estos momentos, que los bulos corren como la pólvora, es muy importante basarse en noticias que provienen de fuentes fiables.
En este sentido, y ante las nuevas evidencias, hemos consultado a un referente en la materia, al Dr. Joan Carles Reverter, jefe de hematología y hemostasia del Hospital Clínic de Barcelona y actual presidente de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia, quien ha dejado claro lo siguiente: “con los datos actuales, no hay un mayor riesgo que el de la población general de desarrollar trombosis con la vacuna de AstraZeneca (no tenemos datos aún de Janssen) por el hecho de tener un antecedente trombótico o un factor de riesgo de trombosis. El beneficio esperado supera en mucho al riesgo de una posible trombosis como efecto no deseado. El riesgo trombótico es muy bajo (de 1 caso en 200.000 o 500.000 vacunados). Los riesgos graves de la infección por COVID-19 son mucho más frecuentes.
En relación a las personas anticoaguladas añade Reverter “que hay que recordar la necesidad de comprimir con intensidad, por un mínimo de 3 minutos, la zona de punción intramuscular para evitar la aparición de un hematoma.”
La recomendación es clara, debemos vacunarnos. El beneficio supera con creces el riesgo asociado a la COVID-19. Como paciente de riesgo Rafael Martínez, presidente de FEASAN, recuerda, “el beneficio de la vacunación supera sus posibles riesgos. Todos los medicamentos tienen efectos secundarios. No tenemos que ir muy lejos, la anticoagulación es un tratamiento que conlleva riesgos, controlamos el riesgo de sufrir un ictus o una trombosis a costa de introducir un riesgo de hemorragia. ¿Dejamos por ello el tratamiento? No. Pues hagamos lo mismo y confiemos en las vacunas. Yo cuento las horas para que, por fin, me vacunen”.
Desde FEASAN seguimos insistiendo en seguir únicamente las indicaciones y la información facilitada por las autoridades sanitarias y las sociedades científicas. Además, recordamos que, estemos o no vacunados, debemos seguir protegiéndonos del virus con el lavado de manos, la distancia social y el uso de la mascarilla.