El paciente anticoagulado y la vacunación frente a la Covid-19
Ahora que llega la VACUNACIÓN frente a la Covid-19, los medios informativos han comenzado a decir que “en las personas anticoaguladas están contraindicadas las vacunas intramusculares”. Creando una alarma que entendemos innecesaria ya que al generalizar de esa manera se induce a error.
Lanzar esta noticia significaría que los pacientes anticoagulados no podrían beneficiarse ni de la vacuna frente al Covid-19 ni de ninguna otra vacuna (gripe, tétanos…) porque las vacunas se administran por vía intramuscular, salvo la de la viruela.
Vamos a continuación a intentar clarificar ciertos aspectos sobre los riesgos de las personas anticoaguladas y sobre las características de las inyecciones intramusculares:
1. Las personas anticoaguladas, por el mero hecho de estar anticoaguladas, simplemente tienen modificada la coagulación de su sangre para que coagule menos, es decir, para que no forme trombos dentro de los vasos sanguíneos y del corazón (riesgo tromboembólico). Además, es muy importante saber que no todas las personas anticoaguladas lo están con la misma intensidad, lo cual va a depender de la enfermedad que obligue a anticoagular a ese paciente (rango terapéutico del INR).
2. No todas las inyecciones intramusculares poseen el mismo riesgo, pues el riesgo depende de si esas inyecciones son superficiales o profundas.
– Las inyecciones intramusculares superficiales se realizan con agujas más cortas y de menor calibre; además, la cantidad de líquido a inyectar es menor: alrededor de 0,5 cc. Esta vía es la utilizada para administrar las vacunas, que se ponen en el brazo (en el músculo deltoides o en el tríceps).
La vacuna de la Covid-19, como ocurre con la vacuna de la gripe habitual o como la vacuna del tétanos, se administra por vía intramuscular superficial y, por lo tanto, se puede comprimir la zona con gran facilidad. Aun así, como ocurre con cualquier vacuna, puede producir síntomas leves o moderados que no requieren intervención médica ni tratamiento: dolor local, dolor articular o muscular, dolor de cabeza, malestar o náuseas.
– Las inyecciones intramusculares profundas se administran con agujas más largas y de mayor calibre. Siempre se elige la vía intraglútea, ya que el músculo glúteo tiene mucha masa para poder asumir una mayor cantidad de líquido y de mayor densidad, haciendo además que el fármaco llegue más rápidamente al torrente circulatorio.
La persona anticoagulada sólo tiene contraindicada la administración de fármacos por vía intramuscular profunda, pues la zona glútea es difícilmente comprimible y puede sangrar sin que se vea. Las complicaciones más graves de estas inyecciones son la lesión del nervio ciático y la hemorragia intraglútea que puede a su vez provocar la parálisis del nervio ciático por compresión.
En los casos en que se necesite administrar un fármaco con urgencia, ha de hacerse por vía intravenosa, por gotero o por vía sublingual, dependiendo del fármaco de que se trate.
La falta de rigor en el periodismo y su creciente protagonismo en el día a día hacen peligrosa la información que recibimos. Desde AVAC seguimos trabajando para que pueda beneficiarse de su tratamiento sin miedos añadidos.
Mª Angeles Fernández Fernández
Especialista en Hematología y Hemoterapia
Vicepresidenta de AVAC
En el mismo sentido que en el texto anterior, se han pronunciado otras sociedades científicas, entre las cuales podemos destacar las siguientes:
- Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH)
- Federación Española de Asociaciones de Pacientes Anticoagulados (FEASAN)
https://www.youtube.com/watch?v=cZHP0851nLs&feature=youtu.b
- Sociedad Española de Cardiología (SEC)
- Gobierno de España